Las Damas

Soy el manto que os cubre,
Soy el manantial que sacia vuestra sed,
Soy el grano que os alimenta.
Me levanto la primera de la casa para preparar el alimento de todos,
Voy a la chacra a sembrar para mañana,
Tejo a cualquier hora, para que no os falte abrigo: mientras ando, mientras espero, mientras converso. Cada segundo va dedicado al cuidado de los míos.

Si una sombra viniese a robaros el sueño, hijos míos, con palos me alzaría,
Me pondría al frente para defender lo que es de todos,
No conozco el miedo, sólo el grito del coraje, la garra de la lucha.
Por eso, comed hermanos de esta olla comunal, fruto de nuestra recolecta, de nuestra carga y de nuestra maña cocinando.
Oíd hermanos nuestras voces que son el rugido de las mujeres defendiendo el sueño de nuestros hijos.

Dedicado a las increíbles mujeres de Cajamarca, Celendín y Bambamarca, llenas de fuerza, amor y de coraje, que hemos conocido durante el rodaje de “Las Damas Azules”.

C. Pina

Flor
Mujeres Defensoras de la Madre Tierra

Lleva el activismo en la sangre desde su nacimiento, un 13 de julio, día de lucha y victoria para los peruanos. Va a todas partes en bici a pesar de las pronunciadas cuestas de la ciudad de Cajamarca. Su alegría y su amor por la naturaleza son contagiosos. Sus ganas de compartir, aprender y formar son un motor para la organización. Reflexionando sobre las relaciones entre el campo y la ciudad, nos dice:

“En unos inicios, nosotros estábamos unidos, campo y ciudad, porque no había ciudades tan grandes como ahora. Pero cuando empezó entre comillas el desarrollo y empezó a girar los billetes, los dólares, empiezan las ciudades a crecer, que no a desarrollarse.”

Ángela
Mujeres Defensoras de la Madre Tierra

En Cajamarca la conocen por su perseverancia. Desde el Conflicto Conga cada viernes organiza vigilias en la iglesia de San Francisco. Profesora jubilada, no se ha retirado de la incansable tarea de formar e informar. Cada viernes cuelga sus carteles escritos a mano explicando todo aquello que sabe y que reflexiona. Informa a la población sobre los impactos de la minería, desarma las mentiras de empresarios y políticos, y llama a la reflexión a sus conciudadanos. Pausada, de mirada bondadosa, se queda allí durante dos horas, mientras los transeúntes se paran a leer y hacerle preguntas.

“Nos hace falta difundir, redactar, estar atentos con las noticias y para dar nuestra opinión y difundir las mismas noticias que a veces los medios no lo hacen. Qué bueno si lo hicieran, lo analizaran y pidieron la opinión del público. Pero no lo hacen. Sale una ley, nadie lo sabe. Sale otra ley, nadie lo sabe. Por ejemplo los paquetes ambientales salen escondidos. Que la gente se entera cuando la ley ya está aprobada. No hay difusión desde los medios de comunicación de acá de Cajamarca. Los medios de acá acaparan a la población con sus programas de entretenimiento, es como si desviaran a la población de su interés, del interés público”.

Mirtha Vásquez
Grufides

Abogada de Grufides, organización de la que es co-fundadora, y actualmente directora. Ha defendido incansablemente a las comunidades rurales de los abusos de la minera Yanacocha. Ha demandado la minera por casos de apropiación ilegal de tierras, ha defendido a los compañeros y compañeras injustamente detenidos, y algunos casos torturados en las dependencias de la comisaría, a menudo poniendo en riesgo su vida y la seguridad de su familia. A pesar de eso, sigue con su labor que no la entiende como un trabajo sino como un servicio necesario a las comunidades y personas afectadas.

“Ha sido una lucha muy fuerte que nos ha costado desde vidas, persecuciones, como pueblo nos ha costado muchos costos sociales. Yo creo que el Estado estaba creyendo que esta población se iba a intimidar pero lo que sucedió es todo el contrario. A pesar de todo nos ha tocado sufrir, a pesar de nuestros muertos, los heridos, de la gente encarcelada, perseguida, a pesar de todo, creo que la población sigue en pie y ha demostrado que tiene la fortaleza de seguir adelante. De hecho el proceso de resistencia sigue en este momento. La gente no se ha intimidado. Cuando el gobierno anuncia que va a continuar con este proyecto, y la empresa insinúa lo mismo, la gente se reúne y sale al frente. No estamos en una situación de paz en Cajamarca, pero sí estamos en una situación de alerta constante. Yo creo que en este momento nuestra resistencia se ha fortalecido porque la gente está consciente que lo que defiende es lo justo y lo que defiende básicamente es su vida”.

“Cajamarca es un lugar de poblaciones rurales donde predomina el machismo. Cuando la primera vez que yo plantee el poder defender a estas comunidades campesinas, las propias comunidades incluso sintieron mucha desconfianza porque era una mujer intentando defenderlos. Pero con estas desconfianzas, no tenían otra opción así que aceptaron mi defensa y con el tiempo yo creo que eso contribuyo al que las poblaciones se dieron cuenta que no hay diferencia entre varones y mujeres. Las mujeres podemos asumir estas luchas con la misma intensidad y capacidad que asumen los hombres”.

Mirtha Villanueva
Grufides

De profesión veterinaria, pero ha dedicado su vida a empoderar a las mujeres de su entorno. Miembro de la Organización Social de Base de Mujeres de la red nacional de Promoción de la Mujer, le apasiona su trabajo en Grufides porque es una oportunidad para seguir trabajando sobre el enfoque de género. Ella ha sido la persona que ha hecho de engranaje en la conformación de la organización “Mujeres Defensoras de la Madre Tierra”.

“Grufides ofrece capacitación y las mujeres empiezan a venir a las reuniones y se empieza a consolidar el grupo. Cada persona que llega al grupo, llega con una experiencia vivida de resistencia o de trabajar en organizaciones diferentes de mujeres. Tenemos mujeres a veces analfabetas hasta mujeres profesionales. Tenemos mujeres con una riquísima experiencia agropecuaria, tenemos mujeres comerciantes, es decir, es un grupo tan variado de mujeres… artistas, mujeres creadoras, mujeres que han hecho posible ganarse el sol, educar sus hijos solas, mujeres luchadores que siguen luchando para los derechos de las mujeres. Hemos visto que en la lucha, todas se complementan, es una unión amical, un lazo tan fuerte de amistad”.

Conga, nos dice, ha sido una experiencia lindísima para las mujeres, una oportunidad:

“Conga saca las mujeres a las calles. Las mujeres empiezan a salir a la calle, a gritar, a pelear por el agua, y toda esa resistencia se ha desarrollado. Se notó el rol reproductivo que tienen las mujeres, ya que empezaron a trabajar en las ollas comunes, a recolectar medicinas, ropa. Han venido mujeres de las rondas de Chota y de Bambamarca. Han ido a la Marcha por el Agua hasta Lima, caminando, descalzas, cargando a sus niños”.

“Para nosotras que toda la vida hemos trabajado en organizaciones de mujeres decíamos “Es una oportunidad lindísima para fortalecer las capacidades de estas personas.” Y les decíamos a las compañeras: “Oye, tú vas a regresar a tu casa, cocinando, planchando, limpiando, pero ahora tu mentalidad es otra”.

Ana María
Coordinadora del Comité de Defensa de Mujeres de El Tambo
Rondera luchadora, familia de dirigentes, mujer combativa que nunca ha dejado de luchar por el agua.

“Yo como coordinadora, he visitado la región, he visitado la provincia, mis distritos y mis comunidades que me corresponden de mi pueblo tambeño para organizar las mujeres, que nosotras también tenemos derechos y deberes. En esta lucha, nos hemos enfrentado y le hemos dicho a la mina “las mujeres estamos más despiertas, nunca nos vamos a cansar y vamos a seguir como siempre hemos seguido luchando porque no queremos quedarnos sin agua”. Eso es nuestra meta, porque como mujeres sentimos mucho la falta de agua, es por eso que las mujeres siempre nos hemos enfrentado y cuidado a nuestros dirigentes”.

“En el año 1993 comienza esa empresa a trabajar, ya hace mucho tiempo que está trabajando. Pero la gente a veces no entendía [por qué luchábamos], y a pesar que tenga sus ríos contaminados, sus dos ríos, ellos no se percatan que van a seguir siendo contaminados. A veces nosotros íbamos a luchar, siempre a decirles que se despierten porque la muerte está en sus puertas, y nos trataban mal la gente de la ciudad. La gente de la ciudad piensa que vale más que la gente del campo. Se confunden con la gente del campo, la gente de la ciudad.”

Lynda
Celendinas Luchadores en Defensa de la Pachamama

Esta mujer irlandesa dejó su trabajo en Amnistía Internacional en su país porque quería conocer las luchas que defendía en terreno. Tenía la intención de ir a Guatemala e inició un viaje por Latinoamérica, cuando llegó a Celendín, se integró en la lucha y modificó sus planes para quedarse con su gente. De esto ya hace tres años y ha construido su nuevo hogar en Celendín.

“Siento que es muy fuerte la lucha acá pero hay también mucha esperanza. La gente espera un futuro mejor, un futuro sin contaminación, sin la minería.”

“Desde que he venido he estado apoyando en la PIC, la Plataforma Interinstitucional Celendina, difundiendo la información y tratando de hacer más conexiones, como generando solidaridad internacional. Estoy también involucrada en la organización de mujeres acá que se llama Celendinas Defensoras en Defensa de la Pachamama, nos hemos formado más o menos desde hace un año y estamos avanzando como organización, compartiendo como mujeres nuestras experiencias”.

“Las mujeres han estado siempre en la lucha. También las mujeres quizás sienten la lucha un poco más, especialmente en el campo, porque ellas trabajan más con la tierra y saben más de dónde viene el agua. Ellas son responsables de dar comida a los hijos, entonces si no hay agua, no hay comida para la familia. Las mujeres en general, de lo que he visto, es que su discurso es muy sencillo y va directo al asunto: si no hay agua, no hay vida. Y lo sienten en todo su cuerpo, en todos los aspectos de su vida”.

Yovana
Jóvenes Organizados de Celendín

Joven involucrada en la lucha por el agua y por la vida a partir del conflicto Conga. Forma parte del colectivo Jóvenes Organizados de Celendín. Juntos han encontrado un lenguaje propio para expresar su rechazo por la minera, por la represión policial y por los abusos a los que es sometida la población de Celendín. Sus armas son los murales que ocupan ya 14 fachadas del pueblo, es un vehículo de creación de conciencia en la región y de proyección internacional. Los cantos también le sirven para comunicarse con las lagunas y con sus compañeros de lucha.

“Nosotros decidimos hacer murales porque el arte, la pintura es también una manera de expresarse ante la sociedad, ante el público, ante el mundo entero. Con el arte se puede luchar”.

“Los cantos dan un tono especial a la lucha, como un condimento especial. Cada canción habla de nuestra lucha. Yo quiero sacar mis canciones que forman parte de mi lucha, parte de nuestra vida. Cada canción expresa nuestra vivencia en el tiempo que seguimos en la lucha. Cada letra explica como seguimos, como vivimos”.

Jesi
Celendinas Luchadores en Defensa de la Pachamama

Amante de su tierra y volcada en sus 4 hijos pequeños. Nos dice que nunca se cansará de defender su tierra. Al contrario, demuestra una energía y una voluntad de coordinar e integrar a todo el mundo en la construcción de alternativas. La hemos visto activamente organizando el I Festival Internacional de Arte de Celendín, el Cutiparte que reunió artistas de todo el Perú y de los países vecinos también. Participa con brío en la nueva tienda de productos ecológicos de Celendín, y en todas las iniciativas de las mujeres. Todo lo hace de manera voluntaria esperando proyectar un futuro sin minería, sin contaminación, para sus hijos y su gente.

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